domingo, 22 de enero de 2023

REALISMO




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LA REGENTA_ADAPTACIÓN

TÉCNICAS NARRATIVAS EN LA NOVELA REALISTA  

§  El narrador omnisciente se combina con diferentes perspectivas de los personajes.

§  En ocasiones se emplean técnicas como: la técnica epistolar (en forma de cartas), la técnica del manuscrito encontrado (autor como editor), o técnicas de la novela histórica (como la de intercalar referencias a personajes y lugares reales). También, además de los personajes principales detalladamente caracterizados, aparecen numerosos secundarios (para crear ambientes y para servir de contrapunto a los principales).

§  Además del texto del narrador, debemos fijarnos en las intervenciones de los personajes. Éstas pueden adoptar la forma del estilo directo, indirecto o indirecto libre. En ocasiones se usa el monólogo interior. Veamos en qué consisten:

  Estilo directo: se reproducen las palabras o pensamientos del personaje tal como se supone que los formula. Se emplea un verbo introductorio (a veces se omite para agilizar el paso de la narración al diálogo). Este verbo suele ser: decir, responder, apuntar, alegar, comentar, etc. (verbos de lengua o pensamiento). Se utilizan dos puntos y/ o comillas o guiones para introducir las palabras del personaje:

Juan preguntó: “¿Vendrá Pedro?  /  Juan aseguraba: - Mañana iré.  / Me dije: “Esto no tiene arreglo”.  /  Se arrepintió de sus sospechas y pensó: “Confiaré en ella, tengo que confiar”.

  Estilo indirecto: se modifican los verbos, los determinantes, los pronombres… al reproducir las palabras o pensamientos del personaje porque la perspectiva es la del narrador, no la del propio personaje. No se emplean dos puntos ni comillas, sino un nexo (que o si) subordinante:

Juan preguntó si vendría Pedro  /  Juan aseguraba que iría al día siguiente.  /   Me dije que aquello no tenía arreglo.  /  Se arrepintió de sus sospechas y pensó que confiaría en ella, que tenía que confiar”.

  Estilo indirecto libre: es una fórmula que se utiliza en narraciones literarias. Utiliza la estructura del indirecto pero eliminando el nexo. Al igual que en el estilo directo, hay a menudo pausa delante de las palabras o pensamientos del personaje (que es lo que aparece en indirecto libre), pero a diferencia de los otros dos estilos, falta el verbo introductor (o, como mucho, aparece después). En algunos casos, se mantienen las comillas para facilitar la interpretación del lector:

¿Vendría Pedro? Juan se lo preguntaba.  /  Estaba seguro. Iría mañana. /  Se arrepintió de sus sospechas: confiaría en ella, tenía que confiar.

Estilo indirecto libre: Con este artificio literario, la narración se aligera, evitando la pesadez que supone repetir el verbo introductor (dijo, pensó, supuso...) Y la conjunción que. Permite, además, una penetración del punto de vista del autor en lo que el personaje dice o piensa, como si el autor y el personaje fueran la misma persona. Su empleo se impuso en el siglo XIX.

En La Regenta, la protagonista, Ana Ozores, acaba de leer un texto de San Agustín, cuyo contenido le parece convincente:

-Es verdad, es verdad -pensaba ella arrepentida.
Pero entonces hacía falta otra cosa. Aquel vacío de su corazón, ¿iba a llenarse? Aquella vida sin alicientes, negra en lo pasado, negra en lo porvenir, inútil, rodeada de inconvenientes y necedades ¿iba a terminar?

La primera oración está en estilo directo, con su verbo introductor pensaba. El autor pasa, a renglón seguido, al estilo indirecto libre. Si hubiese continuado Clarín con el estilo directo, habría quedado así:

-Es verdad, es verdad -pensaba ella arrepentida-. Pero entonces hace falta otra cosa. Este vacío de mi corazón, ¿va a llenarse? Esta vida sin alicientes, negra en lo pasado, negra en lo porvenir, inútil, rodeada de inconvenientes y necedades ¿va a terminar?

Es el autor quien penetra en la mente de Ana para hacerla pensar más profundamente; pero él le presta su estilo. La forma de pensarlo es de Ana Ozores, y la forma de escribirlo es de Clarín. El autor, así no sólo cuenta lo que pasa, sino expresa su propio punto de vista a través de los personajes.

En el siguiente texto, de la misma novela, se mezcla el estilo indirecto y el indirecto libre (en cursiva):

Don Pompeyo Guimarán salió del cementerio el último. Era su deber. Había cerrado la noche. Se detuvo solo, completamente solo, en lo alto de la cuesta. A su espalda; a veinte pasos tenía la tapia fúnebre. Allí detrás quedaba el mísero amigo, abandonado, pronto olvidado del mundo entero; estaba a flor de tierra..., separado de los demás vetustenses que habían sido, por un muro que era una deshonra; perdido, como el esqueleto de un rocín, entre ortigas, escajos y lodo... Por aquella brecha penetraban perros y gatos en el cementerio civil... A toda profanación estaba abierto... Y allí estaba don Santos..., el buen Barinaga, que había vendido patenas y viriles... y creía en ellos... en otro tiempo. ¡Y todo aquello era obra suya... de don Pompeyo; él, en el café-restaurante de la Paz, había empezado a demoler el alcázar de la fe... del pobre comerciante...!
Un escalofrío sacudió el cuerpo de Guimarán. Se abrochó. Había sido otra imprudencia venir sin capa.

La situación del personaje Guimarán es dramática: por una parte, el dolor de haber perdido a un amigo; y, por otra, la responsabilidad de haber destruido su fe, por lo que no es enterrado al lado de sus vecinos.

Aparece el estilo indirecto libre en la primera línea. Podía haber escrito Pensó: es mi deber (estilo directo), o pensó que era su deber (estilo indirecto). Después se extiende un monólogo interior en dicho estilo, porque el escritor comparte las mismas reflexiones e ideas que el personaje. Los puntos suspensivos no serían necesarios en el estilo indirecto; en el directo o en el indirecto libre marcan las vacilaciones. 


Al final vuelve al estilo indirecto, y acaba con el indirecto libre. En directo sería: Se abrochó pensando: Ha sido otra imprudencia venir sin capa. Y en indirecto: Se abrochó pensando que había sido otra imprudencia venir sin capa. En ambos casos, el autor sería ajeno al personaje, y el lector se alejaría también más.

Monólogo interior: Técnica mediante la cual se da a conocer directamente el pensamiento no pronunciado del personaje. Éste manifiesta su interioridad. Si además lo hace en desorden, con asociación libre de las ideas, hablamos de Flujo o corriente de conciencia (ésta última es propia de la novela contemporánea, posterior al Realismo). En cualquier caso, se suele emplear una sintaxis poco estructurada, para reflejar cómo se van hilvanando los pensamientos en la conciencia.

Laura enseguida me lo nota. Has estado de servicio. Y es que no lo aguanto, se me hunden los ojos y tardo tres días en reponerme. Tomaré otra píldora. Gracias a que sé tomar las píldoras sin agua y no como esos que se atragantan. A lo mejor es que tienen la garganta atrofiada. Y ya me está viniendo el latigazo a la cabeza. Tengo que convencerla de que en Alicante, tomando el sol en la tripa…

MÁS EJEMPLOS

1)  Ayer vino Gertru. No la veía desde antes del verano. Salimos a dar un paseo. Me dijo que no creyera que porque ahora está tan contenta ya no se acuerda de mí; que estaba deseando poder tener un día para contarme cosas. Fuimos por la chopera del río paralela a la carretera de Madrid. Yo me acordaba del verano pasado, cuando veníamos a buscar bichos para la colección con nuestros frasquitos de boca ancha llenos de serrín empapado de gasolina. Dice que ella este curso por fin no se matricula, porque a Ángel no le gusta el ambiente del Instituto. Yo le pregunté que por qué, y es que ella por lo visto le ha contado lo de Fonsi, aquella chica de quinto que tuvo un hijo el año pasado. En nuestras casas no lo habíamos dicho; no sé por qué se lo ha tenido que contar a él. Me enseñó una polvera que le ha regalado, pequeñita, de oro.
                        Carmen Martín GaiteEntre visillos

ESTILO INDIRECTO: Son las palabras del narrador –y no las del personaje- las que se reproducen. Lo que dice el personaje es contado desde la perspectiva del narrador que, incluso, llega a resumir las palabras del personaje. Como en el estilo directo también hay verbum dicendi introductor que, en este caso, se convierte en el verbo principal de una subordinada sustantiva de complemento directo.



2)  Y cuando el espectro de la necesidad se le aparecía y susurraba en su oído con terrible cifra el conflicto económico del día siguiente, doña Pura se estremecía de pavor, diciendo: «No, no; antes las camisas que las cortinas»Desnudar los cuerpos le parecía sacrificio tolerable; pero desnudar la sala... ¡eso nunca! Los de Villaamil, a pesar de la cesantía con su grave disminución social, tenían bastantes visitas. ¡Qué dirían estas si vieran que faltaban las cortinas de seda, admiradas y envidiadas por cuantos las veían! Doña Pura cerró los ojos queriendo desechar la fatídica idea y dormirse; pero la sala se había metido dentro de su entrecejo y la estuvo viendo toda la noche, tan limpia, tan elegante..
Benito Pérez GaldósMiau

INDIRECTO LIBRE: Permite reflejar de forma convincente los pensamientos del personaje sin prescindir de la 3ª persona del narrador (el pensamiento de doña Pura contado por el narrador). Gramaticalmente se caracteriza por el uso del imperfecto de indicativo, la reconversión de la persona “yo” en la persona “él”, la afectividad expresiva proporcionada por interrogaciones, exclamaciones, léxico propio del personaje… Además, falta el verbum dicendi introductorio. Es decir, el discurso aparece formando parte del discurso del narrador, pero la perspectiva y el lenguaje son característicos del personaje.


          

3)  Y como la esperanza reanimaba todo su ser dándole un inquieto hormigueo, lanzose al dédalo oscuro de los pasillos. «La combinación... la plantilla nueva... dar entrada a los funcionarios inteligentes, y además de inteligentes, digo yo, identificados con... ¡Dios mío!, inspírales, mete todas tus luces dentro de esas molleras... que vean claro... que se fijen en mí; que se enteren de mis antecedentes. Si se enteran de ellos, no hay cuestión; me nombran... ¿Me nombrarán? No sé qué voz secreta me dice que sí. Tengo esperanza. No, no quiero consentirme ni entusiasmarme. Vale más que seamos pesimistas, muy pesimistas, para que luego resulte lo contrario de lo que se teme. Observo yo que cuando uno espera confiado, ¡pum! viene el batacazo. Ello es que siempre nos equivocamos. Lo mejor es no esperar nada, verlo todo negro, negro como boca de lobo, y entonces de repente ¡pum!... la luz... Sí, Ramón, figúrate que no te dan nada, que no hay para ti esperanza, a ver si creyéndolo así, viene la contraria... Porque yo he observado que siempre sale la contraria... Y en tanto, mañana moveré todas mis teclas, y escribiré a unos amigos y veré a otros, y el Ministro... ante tantas recomendaciones... ¡Dios mío!, ¡qué idea!, ¿no sería bueno que yo mismo escribiese al Ministro?...»
Benito Pérez Galdós, Miau
MONÓLOGO INTERIOR: Es el discurso con el que el personaje expresa su pensamiento más íntimo, casi subconsciente, a través de frases directas de sintaxis elemental. Se caracteriza porque no va dirigido a ningún interlocutor, sino a sí mismo. En este texto Villamil, personaje de Miau, va desgranando sus pensamientos y reflexiones por los pasillos del Ministerio.

TÉCNICAS NARRATIVAS


En los siguientes pasajes (adaptados de novelas contemporáneas), distingue las diferentes técnicas narrativas:

a) Se asomó al balcón. Caían unas gotas de lluvia. Tenía mal gusto en la boca, dolor de cabeza. Ella había dicho que volvería pronto. No iba a esperarla, nada de eso.
Bastante tenía con soportarle sus estupideces.


b) Dejó caer la mano de su mujer. Pensó que el matrimonio había terminado. Lo pensó con tristeza, con alivio. Era libre. Él, Séptimo, era libre, ya que su mujer había tirado el anillo de bodas...
¿Por qué? -preguntó.

Pero ella no lo oía. Era libre, sí, ahora, sí. Una de las niñas lo estaba mirando atentamente.

b) Parecía una letanía, agobiadora y lenta como las noches de vino, despaciosa y cargante, como las andaduras de los asnos.
Y así un día, y otro día, y una semana y otra...¡Aquello era horrible, era un castigo de los cielos, a buen seguro, una maldición de Dios!...


d) Cierta noche Andrés escuchó un agitarse inusitado en el cuarto debajo del suyo. Algo sucedía. Su atención se adhirió a la voz de su abuela que se quejaba suavemente al comienzo, y que después dio un débil gemido de dolor. Sobrecogido, se sentó al borde de su lecho, con sus pies metidos en las pantuflas. Aguardaba. ¿Y si su abuela muriera? ¿Si muriera allí mismo, ahora, esta noche? Sensibilizados de pronto, sus nervios vibraron a lo largo de todo su cuerpo...¿No sería esa la solución de todo?...Lo invadió una alegría salvaje... Lourdes, Estela ⎯Estela sobre todo⎯ se dispersarían a los cuatro vientos en el momento en que la nonagenaria respirara por última vez... Pero el terror de la nada se abalanzó sobre él...¡Su abuela no debía morir! No debía, porque entonces Estela partiría con su muchacha a comenzar una vida, mientras él se quedaba puliendo y dando vueltas entre sus manos, para admirarlos, su diez hermosos bastones. (José Donoso, Coronación)


e) La cadena de la boza, con la marejada, corría las aletas de popa. El barco levantaba mucho la proa. Simón Orozco pensaba en un mal embarre de la red. Temía que cogiera fondo y no se enganchase, porque llevaba el arrastre con dificultad.
Macario Martín y el contramaestre Afá salieron de la nevera. Colocaron la tapa de madera, después la cobertura de hierro. 



PRESENTACIÓN REALISMO_REPASO

lunes, 17 de octubre de 2022

REPASO: ANÁLISIS SINTÁCTICO DE ORACIONES SIMPLES

* Revisa los apuntes en el apartado de SINTAXIS


Analiza las siguientes oraciones. Clasifica cada oración según sea la naturaleza de su predicado : 
Le hemos comprado el vestido a Eva en la tienda.
Estuvo enfermo Luis toda la semana 
Tu hermana Pepa vino agotada de la excursión.
Londres, capital del Reino Unido, tiene muchos teatros.
Hay una gran cosecha de aceitunas.
 Fueron agredidos por unos encapuchados ayer.
 Mi madre se lava las manos con jabón de olor.
Se informó a los empleados de su despido.
Se ha reunido la comisión de investigación esta misma semana.
El cocido madrileño se prepara con carnes de varios tipos.
La enfermera no le inyectó al enfermo la morfina necesaria.
 Resulta muy extraño su comportamiento de hoy. 
La vimos a Elena tranquila mucho antes de la comida.
La conocí el día de la boda de mi hermano.
Enrique vive demasiado cerca de sus suegros.
A todo el mundo le sorprendieron  los resultados de las elecciones legislativas de este año.
Muchos árboles de los parques de Madrid están enfermos.
Eso es muy difícil de conseguir.
Enviaron soldados al frente.
Eso me es indiferente en este momento.
Elena depende de sus padres.
Su dependencia de los padres le provoca depresión.
Luis vive dependiente de sus padres.
De Geografía trata este libro.
El médico salvó a Luis de una muerte segura.
Te invito a una cerveza.
Cuento con tu ayuda para el trabajo.
Este invierno ha nevado mucho en la sierra.
Eligieron diputada a la candidata progresista.
Al final del partido, vi cansados a los jugadores .
Al final del partido, vi a mis jugadores predilectos.
El director de la orquesta fue ovacionado por el público.
Fue detenido ayer por error.
Les ha sido favorable la sentencia a los acusados.
El miedo del ignorante es la fuerza del fascista.
Hay que ser más honrado con la gente.
¿Quién echa de menos a tus hermanos?


jueves, 29 de septiembre de 2022

NEOCLÁSICO

La literatura en el siglo XVIII. Contexto histórico-social




La literatura en el siglo XVIII. La lírica


En el siglo XVIII, se ponen los pilares sobre los que se construye el mundo tal y como lo conocemos, tan distinto de aquel del Antiguo Régimen que configuraba Europa desde la Edad Media (con su monarquías absolutas, su sociedad estamental, su producción agraria y artesanal….)  Ahora, de la mano del conocimiento, la razón y la experiencia, se dan   los primeros pasos hacia los ideales de justicia e igualdad, la mentalidad científica, la sociedad industrial dividida en clases, la fe en el progreso.... Pasos que culminan con un hecho decisivo tras el que el mundo occidental ya no podía volver a ser el mismo: la Revolución Francesa de 1789.



Artehistoria nos ofrece un breve  y rápido acercamiento a la España de este siglo, la de los Borbones:



Para un acercamiento algo más completo, tenéis el documental "Siglo de las luces e ilustración", que se centra sobre todo en la situación en España:

 
Más amplio, más profundo y general es el documental "Héroes de la ilustración", en dos partes.
La primera se titula de forma muy elocuente "El poder del conocimiento":
 
Y la segunda, "Cambiar la sociedad":



Lectura en casa de Madame Geoffrin -Gabriel lemonnier

El siglo XVIII y su literatura



Durante el siglo XVIII se produce en toda Europa el ascenso de la burguesía, que va imponiendo su mentalidad práctica y utilitarista dando lugar a un movimiento conocido como Ilustración, caracterizado por el racionalismo, la exaltación del conocimiento y el rechazo de todo dogma o saber heredado. Con ella se generaliza el espíritu crítico: todo el saber se somete a un doble filtro, la razón y la experiencia, dando lugar a muchos avances y transformaciones que culminarán en 1789 con la Revolución Francesa y sentando las bases para el mundo moderno. Además, se trata de un movimiento caracterizado por el materialismo, el utilitarismo y la fe en el progreso. 


La obra que mejor refleja el espíritu de la Ilustración es la Enciclopedia, surgida en Franciaentre 1751 y 1780 y dirigida por Diderot y D’Almembert, y que pretendía recopilar todo el saber humano basándose sólo en principios racionalistas. Otros pensadores y escritores ilustrados franceses serán Rousseau, Montesquieu y Voltaire, y esta nueva mentalidad escéptica y crítica llevará entre otras cosas a que se postule la separación entre la Iglesia y el Estado, o se llegue al deísmo. 

Es por tanto una época de progreso, cambios y avances que suponen muchas mejoras en la medicina, la ciencia, la técnica y el bienestar de los hombres. A ello contribuye la generalización de una nueva forma de gobierno denominada Despotismo Ilustrado, cuyo lema (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”) recoge muy bien su espíritu: los reyes son depositarios de un poder absoluto que ejercen intentando favorecer las condiciones de vida de sus súbditos. Para ello, se rodean de eruditos y técnicos en distintos ámbitos que les asesoran. 


La Ilustración encontró muchas dificultades en España, y los ilustrados fueron prácticamente una minoría que sufrió muchas reticencias e incluso rechazo por la gran masa popular, los viejos nobles o la iglesia. Aún así, fue muy importante su labor, por ejemplo, en la transformación de las ciudades, la reforma de costumbres y vida pública, o la creación de instituciones culturales como la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Lengua Española y la Real Academia de la Historia, o la fundación del Museo del Prado y el Jardín Botánico en Madrid. 


En España, el desarrollo de una literatura propiamente ilustrada encontró muchas dificultades, por lo que fue algo minoritario y breve, vinculado sobre todo a una minoría intelectual muy influida por el pensamiento, la cultura y el arte franceses (cuna de la Ilustración), que tuvieron que luchar contra la pervivencia de las formas del Barroco (por ejemplo, en el teatro). Esta literatura recoge y refleja el espíritu de la Ilustración: 
  • Racionalismo, utilitarismo y didactismo: la literatura debe contribuir al conocimiento, al progreso, la educación, la difusión de las nuevas ideas . Se rechazan las formas meramente expresivas o demasiado imaginativas, todo lo que no sea útil, práctico o alejado de la moral. Predomina la literatura de ideas y el prosaísmo. Así, el género más cultivado será el ensayo(texto literario en el que el autor expone sus ideas sobre un determinado tema) o prosa de ideas. 
  • Neoclasicismo: la literatura se rige por los principios clásicos de sencillez, claridad, armonía, proporción y se concibe como algo que se puede aprender respetando las normas clásicas y rigiéndose por el “buen gusto”  
Con todo, a finales del siglo se produce una reacción frente al Neoclasicismo con obras que exaltan el sentimentalismo, la imaginación y lo lúgubre, y muestran cierto rechazo a las reglas, anunciando ya las características del movimiento posterior, el Romanticismo, por lo que se denomina Prerromanticismo.


POESÍA

La poesía no es el género preferido por los  Ilustrados, que concebían la literatura como un medio más de transmitir conocimiento, educar y contribuir a cambiar al mundo. Así que no es extraño que, dentro de la poesía, se decantaran por aquella menos sentimental y más de ideas (las sátiras, las odas o las epístolas morales en verso) y, sobre todo, por un género antíquísimo, que ya venía de la Antigüedad Grecorromana y que ya en la Edad Media (otra época casi obsesionadoa con el didactismo) había conocido cierto esplendor: las fábulas, esas pequeñas historias con moraleja, muchas veces protagonizadas por animales, que de paso que nos entretienen, nos sorprenden o hasta nos divierten, nos transmiten una enseñanza o "moraleja". Y que -por algo será- siguen contándose y escuchándose con agrado en la actualidad.


El Siglo de las Luces español contó con dos grandes fabulistasTomás de Iriarte y Félix Mª De Samaniego que aprovechando la gracia del verso y si facilidad para ser recordado, escribieron muchas fábulas, algunas -las menos- inventadas; las más,tomadas  de esa antiquísima  tradición con que contaba ya el género, y reelaboradas. Si os gustan, en la red tenéis muchas (Internet es el medio idóneo para la difusión de poemas), Por ejemplo, aquí podéis leer unas cuantas de Irirarte, y aquí, otras tantas de Samaniego.

Aquí tres pequeñas muestras:
  • La primera, una de las fábulas más famosas, la de la lechera, recreada por Samaniego.
  • La segunda, la del burro y la flauta, que está en el origen de la expresión "sonar la flauta", escrita por Iriarte.
  • Y la tercera, otra vez de Samaniego, nos cuenta una anécdota ocurrida a dos amigos con un oso, que ofrece una valiosa enseñanza sobre la amistad.



Fijaos que estos textos, a pesar de estar escritos en verso, son en realidad muy poco poéticos, y utilizan un estilo, es decir, una lengua, muy prosaica, muy similar a la de los textos en prosa, porque no es la belleza ni la originalidad lo que interesaba a estos escritores, sino resultar claros y sencillos de comprender para transmitir la enseñanza de la forma más eficaz posible, y así lograr el ideal clásico de "enseñar deleitando". Que hay que reconocer que sí, que lo consiguen.

El teatro Neoclásico. Leandro Fernández de Moratín y "El sí de las niñas"


El teatro  era un género que interesaba y preocupaba mucho a los Ilustrados por un doble motivo:
  • La situación del teatro en España, heredada por un teatro barroco cada vez más degenerado, con obras inverosímiles e inmorales que rozaban lo disparatado, un estilo rebuscado y artificioso y un ambiente de representación en el que predominaban la incultura, la falta de educación e incluso la violencia. Llegarán a tomarse medidas como prohibir determinadas representaciones.
  • Su potencialidad como forma de educar al pueblo: al teatro asistía todo el mundo, incluso aquellos que no sabían leer, y por ello se consideró pronto una forma de educar e instruir al pueblo y reformar sus costumbres.

Fueron muchos los esfuerzos de los ilustrados por transformar el panorama teatral, pero sus resultados fueron muy limitados, porque el gran público seguía prefiriendo las comedias barrocas o los sainetes de Ramón de la Cruz: obras cortas cómicas de temática costumbrista en la que suele algún tipo de enredo y protagonizada por personajes populares tipo (el majo, el aguador, la barbera…)

Los Ilustrados promovieron un teatro ilustrado y neoclásico cuyas características eran:
  • Neoclasicismo: imitación del teatro clásico y respeto a sus normas (con las que había roto el teatro Barroco):
    • Separación entre comedia y tragedia.
    • Respeto a las reglas de las tres unidades: un solo lugar, no más de 24 horas, un solo argumento, sin acciones secundarias que desvíen la atención del público.
  • Verosimilitud: Se prefieren los temas cotidianos, contemporáneos y realistas, y se produce un rechazo de los excesos imaginativos del barroco.
  • Didactismo y afán moralizador: el teatro sirve para criticar determinados aspectos de la sociedad que se quieren reformar, llegándose a poner en boca de los personajes reflexiones sobre y para ello.
  • Preferencia por la prosa (sobre todo en la comedia) y el uso de un lenguaje elegante pero coloquial y adaptado al personaje.

Se cultivará sobre todo la comedia, aunque también se escribieron tragedias, generalmente de tema histórico (Raquel, de Vicente García de la Huerta, o el Pelayo de Jovellanos).

El principal autor de comedias neoclásicas será Leandro Fernández de Moratín, que escribió cinco, tres de las cuales tratan el mismo tema: el matrimonio forzado entre una joven y un señor mayor. Ese es el asunto de su obra más famosa, El sí de las niñas, pero también de El barón y de El Viejo y la niña. Además, escribió La comedia nueva o el café, en la que plantea la reforma del teatro en España, y La mojigata, en la que critica la falsa religiosidad.
El sí de las niñas transcurre durante diez horas en una posada de Alcalá de Henares, a la que acude Dª Paquita acompañada de su madre, dª Irene, para encontrarse con su futuro marido (escogido para ella por su madre) tras haber sido educada en un colegio de monjas. Ella tiene unos 15 años y él alrededor de 60. Dª Paquita está enamorada de un joven que ha estado meses cortejándola, que ella cree que se llama D. Félix, pero que en realidad se llama D. Carlos y es sobrino de D. Diego, su prometido, al que ha escrito contándole los planes matrimoniales de su madre y que ha acudido a la pensión sin saber que el futuro pretendiente de su enamorada era su tío y protector, con el que llevaba un tiempo distanciado. D. Diego, que ya sospechaba que Dª Paquita no estaba en realidad enamorada de él,  intercepta una carta de los enamorados, descubriendo toda la situación, y renunciando a su matrimonio con la joven para que esta pueda casarse con su sobrino y sean felices.

Vamos a leer y comentar un par de fragmentos de la comedia neoclásica "El sí de las niñas", de Leandro Fernández de Moratín, una de las tres en las que este autor aborda y critica la falta de libertad de las mujeres de su época para elegir marido, los matrimonios desiguales -sobre todo en cuanto a la edad de los conyuges- , el excesivo autoritarismo de los padres y la educación que recibían en general las chicas (al parecer, porque él en su vida personal sufrió las consecuencias de todo esto).

  • El primero pertenece a la Escena IV del II Acto, y en ella vemos a D! Irene persuadir a su hija (en la que percibe una actitud distante y reticente) sobre la conveniencia de su matrimonio con el sensato, caballeroso y educadísimo D. Diego. 

  • Leandro Fernández de Moratín 


ADAPTACIÓN TEATRAL EL SI DE LAS NIÑAS
  1. (1760-1828)
    El sí de las niñas
    Acto II, Escena IV

    DOÑA IRENE.-   Pues mucho será que Don Diego no haya tenido algún encuentro por ahí, y eso le detenga. Cierto que es un señor muy mirado, muy puntual... ¡Tan buen cristiano! ¡Tan atento! ¡Tan bien hablado! ¡Y con qué garbo y generosidad se porta!... Ya se ve, un sujeto de bienes y posibles... ¡Y qué casa tiene! Como un ascua de oro la tiene... Es mucho aquello. ¡Qué ropa blanca! ¡Qué batería de cocina! ¡Y qué despensa, llena de cuanto Dios crió!... Pero tú no parece que atiendes a lo que estoy diciendo.
     DOÑA FRANCISCA.-   Sí, señora, bien lo oigo; pero no la quería interrumpir a usted. 
     DOÑA IRENE.-   Allí estarás, hija mía, como el pez en el agua. Pajaritas del aire que apetecieras las tendrías, porque como él te quiere tanto, y es un caballero tan de bien y tan temeroso de Dios... Pero mira, Francisquita, que me cansa de veras el que siempre que te hablo de esto hayas dado en la flor de no responderme palabra... ¡Pues no es cosa particular, señor! 
    DOÑA FRANCISCA.-   Mamá, no se enfade usted. 
    DOÑA IRENE.-   No es buen empeño de... ¿Y te parece a ti que no sé yo muy bien de dónde viene todo eso?... ¿No ves que conozco las locuras que se te han metido en esa cabeza de chorlito?... ¡Perdóneme Dios! 
    DOÑA FRANCISCA.-   Pero... Pues ¿qué sabe usted? 
    DOÑA IRENE.-   ¿Me quieres engañar a mí, eh? ¡Ay, hija! He vivido mucho, y tengo yo mucha trastienda y mucha vista para que tú me engañes.  
    DOÑA FRANCISCA.-    (Aparte, creyendo que su madre ha descubierto su relación secreta)  ¡Perdida soy! 
     DOÑA IRENE.-   Sin contar con su madre... Como si tal madre no tuviera... Yo te aseguro que aunque no hubiera sido con esta ocasión, de todos modos era ya necesario sacarte del convento. Aunque hubiera tenido que ir a pie y sola por ese camino, te hubiera sacado de allí... ¡Mire usted qué juicio de niña éste! Que porque ha vivido un poco de tiempo entre monjas, ya se la puso en la cabeza el ser ella monja también... Ni qué entiende ella de eso, ni qué... En todos los estados se sirve a Dios, Frasquita; pero el complacer a su madre, asistirla, acompañarla y ser el consuelo de sus trabajos, ésa es la primera obligación de una hija obediente... Y sépalo usted, si no lo sabe. 
    DOÑA FRANCISCA.-   Es verdad, mamá... Pero yo nunca he pensado abandonarla a usted. 
    DOÑA IRENE.-   Sí, que no sé yo... 
    DOÑA FRANCISCA.-   No, señora. Créame usted. La Paquita nunca se apartará de su madre, ni la dará disgustos. 
    DOÑA IRENE.-   Mira si es cierto lo que dices.
    DOÑA FRANCISCA.-   Sí, señora; que yo no sé mentir. 
    DOÑA IRENE.-   Pues, hija, ya sabes lo que te he dicho. Ya ves lo que pierdes, y la pesadumbre que me darás si no te portas en todo como corresponde... Cuidado con ello.
    DOÑA FRANCISCA.-    (Aparte.)  ¡Pobre de mí! 


    • Estas son las cuestiones que te proponemos sobre él:

    1. Indica el autor, el género y el subgénero. ¿Por qué preocupaba tanto este género a los ilustrados? ¿Qué pretendían con sus obras?
    2. ¿Con qué argumentos intenta Dª Irene convencer a Dª Francisca acerca de la idoneidad de su matrimonio? ¿Qué cualidades destaca de D. Diego?
    3. ¿Cuál es la razón por la que cree que su hija no quiere casarse?
    4. Explica la actitud de Dª Irene hacia su hija en este fragmento.
    5. Explica también la actitud de Dª Francisca. 
    6. Señala ejemplos de expresiones propias de la lengua coloquial
  • El segundo pertenece ya al Acto III, concretamente a la escena VIII, y en él D. Diego, que ya conoce el romance secreto entre su prometida y su sobrino, intenta que Dª Paquita le confiese la verdadera causa de su tristeza y expone una crítica a la educación que las mujeres recibían en la época. Y estas son las cuestiones a las que debes responder:
(1760-1828)
El sí de las niñas
Acto III, Escena VIII


DON DIEGO.-   No tengo empeño de saber más... Pero de todo lo que acabo de oír resulta una gravísima contradicción. Usted no se halla inclinada al estado religioso, según parece. Usted me asegura que no tiene queja ninguna de mí, que está persuadida de lo mucho que la estimo, que no piensa casarse con otro, ni debo recelar que nadie dispute su mano... Pues ¿qué llanto es ése? ¿De dónde nace esa tristeza profunda, que en tan poco tiempo ha alterado su semblante de usted, en términos que apenas le reconozco? ¿Son éstas las señales de quererme exclusivamente a mí, de casarse gustosa conmigo dentro de pocos días? ¿Se anuncian así la alegría y el amor?  (Vase iluminando lentamente la escena, suponiendo que viene la luz del día.)  

DOÑA FRANCISCA.-   Y ¿qué motivos le he dado a usted para tales desconfianzas?  
DON DIEGO.-   ¿Pues qué? Si yo prescindo de estas consideraciones, si apresuro las diligencias de nuestra unión, si su madre de usted sigue aprobándola y llega el caso de...  
DOÑA FRANCISCA.-   Haré lo que mi madre me manda, y me casaré con usted.  
DON DIEGO.-   ¿Y después, Paquita?  
DOÑA FRANCISCA.-   Después... y mientras me dure la vida, seré mujer de bien.  
DON DIEGO.-   Eso no lo puedo yo dudar... Pero si usted me considera como el que ha de ser hasta la muerte su compañero y su amigo, dígame usted: estos títulos ¿no me dan algún derecho para merecer de usted mayor confianza? ¿No he de lograr que usted me diga la causa de su dolor? Y no para satisfacer una impertinente curiosidad, sino para emplearme todo en su consuelo, en mejorar su suerte, en hacerla dichosa, si mi conato y mis diligencias pudiesen tanto.  
DOÑA FRANCISCA.-   ¡Dichas para mí!... Ya se acabaron.  
DON DIEGO.-   ¿Por qué?  
DOÑA FRANCISCA.-   Nunca diré por qué.  
DON DIEGO.-   Pero ¡qué obstinado, qué imprudente silencio!... Cuando usted misma debe presumir que no estoy ignorante de lo que hay.  
DOÑA FRANCISCA.-   Si usted lo ignora, señor Don Diego, por Dios no finja que lo sabe; y si en efecto lo sabe usted, no me lo pregunte.  
DON DIEGO.-   Bien está. Una vez que no hay nada que decir, que esa aflicción y esas lágrimas son voluntarias, hoy llegaremos a Madrid, y dentro de ocho días será usted mi mujer.  
DOÑA FRANCISCA.-   Y daré gusto a mi madre.  
DON DIEGO.-   Y vivirá usted infeliz.  
DOÑA FRANCISCA.-   Ya lo sé.  

DON DIEGO.-   Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se presten a pronunciar, cuando se lo mandan, un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo. 

  1. ¿Qué preocupa a D. Diego en este fragmento?
  2. ¿Qué actitud muestra ahora D. Francisca?
  3. Explica qué critica D. Diego y los argumentos que da para ello.

Por último, señala y explica los rasgos del teatro Neoclásico presentes en ambos fragmentos (pregunta, por cierto, típica e idonea para un examen).

"El sí de las niñas" es la comedia neoclásica más conocida y representada desde que su autor, Leandro Fernández de Moratín, la estrenara allá por el 1806. Como todo el teatro neoclásico, pretendía criticar la sociedad para contribuir a transformarla, concretamente, en uno de sus aspectos más delicados y generalizados, pero que pocos se atrevían a plantear abiertamene: la educación que se daba a las muchachas, su falta de libertad a la hora de elegir marido y los matrimonios desiguales, situación que mantendría todavía durante mucho tiempo provocando numerosos problemas e infelicidades que la literatura seguirá reflejando durante todo el XIX (ya veréis).


Como sabéis, el teatro es un género literario difeernte a los demás, ya que los autores escriben pensando no en una lectura individual y solitaria de la obra, sino en su representación pública sobre el escenario. Así que mientras no tengáis la oportunidad de disfrutrar de esta obra en vivo (que seguro que algún día tendréis, porque nuestros clásicos son clásicos precisamente por eso, porque tienen suficiente interés, calidad y vigencia para representarse todavía), y aunque el teatro filmado no es del todo teatro, aquí os dejo unas cuantas filmaciones y materiales audiovisuales que podéis encontrar por la red. Como la versión de ahí arriba, disponible en la página "A la carta" de RTVE y que recoge una representación, hace ya unos años, a cargo de la Compañía del Teatro Español de Madrid.

Otra versión ,también de TVE:

  

Pasatiempos dieciochescos


¿
Te atreves a comprobar tus conocimientos sobre el Siglo de las Luces, también conocido como siglo XVIII? ¿Sí? Pues aquí tienes una oportunidad entretenida...

En primer lugar, un  crucigrama que se completa con términos relacionados con ese siglo y su literatura en España. Para verlo en grande pincha aquí.

Y además, un pasatiempo para que relaciones cada obra con su autor y su género. Para verlo en grande, pincha aquí.



ILUSTRACIÓN Y ACTUALIDAD

Para relacionar con la actualidad los textos del Siglo XVIII:
1) A partir de El sí de las niñas, Moratín 
Hay que ver este vídeo de RTVE:
2) A partir de Contra los toros, Jovellanos
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
Los exterminadores de Toros de Javier Marías
Torero con sangre de Juan José Millás
Verdad palmaria de Juan José Millás
…y esta infografía sobre las corridas en Colombia:

FUENTES: teresadientedeleon.blogspot.com.es // profevio.wordpress.com

TEST NEOCLASICISMO